Arco de la Calzada

Fue construido en 1883 por el Ing. Civil Pedro Tejada León en madera y revestido de yeso para conmemorar el 83 Aniversario de la Independencia de México bajo el nombre de “Arco De La Paz”, y en 1886 se hizo de Cantera.

La escultura del León hecho de mampostería, ladrillos, varilla, mezcla y modelado con cemento, mismo que primero se moviera al Parque Benito Juárez y ahora está en la entrada del Zoológico de León, fue agregado en 1943 a encargo de Don Francisco Lozornio Castillo, industrial benefactor de la ciudad, por el albañil del Templo Expiatorio Daniel Herrera Jiménez.

El 16 de marzo de 1958 se agregó el León de bronce de 3 metros de largo, fue realizado por el escultor Humberto Peraza Ojeda con un costo de 45 mil pesos, por iniciativa y donación de 10 mil pesos del torero leonés Antonio Velázquez “Corazón De León”, siendo Presidente Municipal Irineo Durán Pérez (1958-1960).

El Comité Pro León De La Calzada que tuvo de presidente a Juan Francisco Delgado completó su pago, bajo contrato realizado en Octubre de 1957 con el escultor, el presidente del Comité y el H. Ayuntamiento Lic. Enrique Gómez Guerra (1955-1957).

Al momento de bajarlo del transporte que lo traía de la fundidora para su instalación al León se le desprendió la cola, por lo que se le encomendó el arreglo a la fundidora del Sr. Juan José Guerra para tenerlo listo para su inauguración, arreglo que tuvo un costo de $150.00 pesos.

Ya con el apéndice soldado, fue exhibido durante varios días frente al Palacio Municipal y posteriormente trasladado a la Calzada junto al Arco. Ahí la arrogante figura del león fue sujeta a duras pruebas de resistencia: niños incitados por sus padres y padres incitados por sus hijos, con fierros, palos y piedras golpeaban a más y mejor la broncínea figura del felino, que en lugar de rugir lanzaba al aire sonidos similares al de campanas y esquilas cuando desde el campanario llaman a los fieles, variando el tono según la fuerza, objeto o lugar donde se le pegara.

Para defenderlo de esos ataques se optó por subirlo a lo alto del Arco -en el lado derecho visto desde la Madero-, donde permaneció varios días. Las gratuitas acometidas no cesaron, ya no a la estatua sino a los trabajadores que preparaban la maniobra de quitar el león de mampostería para sustituirlo por el de bronce. Insultos, intento de cohecho y hasta amenazas de muerte recibían los hombres que, no sin temor, continuaron su trabajo.

Fue el mismo domingo 16 de marzo de 1958 cuando se presentó por la mañana una mujer impecablemente vestida, con aroma de perfume importado, portando una bolsa sostenida por una correa que desde el hombro se prolongaba hasta la altura de su cintura; avanzando lentamente se acercó hasta donde se encontraba la grúa con sus motores apagados aún, interrogando a quien estaba cerca de ella:

       -¿Dónde está el operador de la grúa?
-Aún no llega -le informó el interpelado.

A los pocos minutos llegó otro trabajador y repitió la pregunta; éste le señaló al que primero había cuestionado, y un tanto molesta se dirigió a él. Disimulando prudencia lo invitó a tomar un 'refresco' en uno de los lugares que estaban frente al Arco. Al no aceptar el ofrecimiento la dama metió la mano al bolso, sacó un buen fajo de billetes y se los ofreció al 'gruyero' para que no bajara al león de mampostería, aduciendo que no quería que lo sustituyeran por 'un león sin sexo definido'. El hombre se negó a hacerlo diciéndole que a él le pagaban por hacer el trabajo y que mejor se dirigiera a sus superiores. La dama, sin mostrar pánico escénico, metió la otra mano al bolso y... ¡oh, sorpresa!, sacó un revólver Cobra 38 especial al tiempo que preguntaba:

       -¿Prefiere esto?.... enseñándole el arma y la paca de dinero.

El hombre se adelantó y fácilmente desarmó a la mujer, sacó los cinco tiros del cilindro y le devolvió el arma no sin recomendarle:

       -Tenga cuidado con estos juguetitos... son cosa de hombres.

Cuando el escultor Peraza conoció este y otros detalles preguntó:

       -¿Por qué lo harían?

Se le contestó que el grupo descontento era de simpatizantes o familiares de personas ligadas al león de cemento armado. Con criterio de hombre de mucho mundo exclamó:

       -¡Ah, bueno... eso es sentimentalismo puro!

Los encargados del intercambio de leones nunca estuvieron solos; además de Dios que los cuidaba estaban elementos de la fuerza pública y sus compañeros de labores que, siempre en estado de alerta, trataron de evitar un derramamiento inútil de sangre.

Leyenda Urbana


Se menciona que la escultura del León no tiene sexo, cuestión que desmintió tajantemente el mismo escultor Humberto Peraza Ojeda en entrevista a un servidor, quien escribe Daniel Wal Durán, en el homenaje a su obra que se llevó a cabo el 20 de Octubre de 2006 en la Escuela de Artes Plásticas “Antonio Segoviano” en la ciudad de León, Guanajuato.

Condiciones del Contrato:


•  La figura del león tendría una dimensión de tres metros de largo, sin tomar en cuenta la cola, por la altura proporcionada correspondiente.

•  La escultura debería modelarse en barro y fundida en bronce por el procedimiento denominado ‘a la cera perdida’, o sea fundición artística.

•  No sería fundida en bronce hasta ser aprobada de absoluta satisfacción y conformidad de la comisión integrante, así como por la comisión de personas competentes que para ese efecto se nombraran.

Datos de Interes


•  Comité Pro León De La Calzada: $21,875.00

•  Torero Antonio Velázquez $10,000.00

•  H. Ayuntamiento $29,078.75 - Considerando:
      $23, 500.00 León de bronce
      $1,000.00 gastos y prejucios al fundidor
      $300.00 transporte
      $150.00 soldadura de cola
      $4,503.75 a Constructora León, S. de R. L. por gastos de maniobra de transporte local, de la colocación, desmontado y transportación del León de mampostería y el de bronce.

Con un Total de $50,953.75

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